sábado, 28 de noviembre de 2009

A veces da miedo abrir los ojos, porque al abrirlos y ves qe todo está patas para arriba. Y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un niño qe juega a las escondidas tapándose los ojitos, creyendo que así no lo ven, uno a veces cierra los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas. Como si muerto el cartero, fueran a desaparecer las cartas con malas noticias.. Uno detesta y ama a quien abre tus ojos. Abrir los ojos tiene gusto a limón con miel es agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia, pero por el otro... se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos hacer la vista gorda y cerrar los ojos y vivir en una burbuja. Y otras veces la burbuja se pincha, y no queda otra que abrir los ojos y mirar lo que no queremos ver. El corazón se nos aprieta y nos quedamos sin aire, ahogados.Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente?. Mejor mirar para otro lado, dicen. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal. Abrir los ojos y animarse a ver, aunque lo que haya para ver nos apriete el corazón.

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